Haz un poco de análisis de conciencia y contesta sinceramente a estas preguntas:
¿Usarías Internet para publicar un documento de tu trabajo diario?
¿Usarías Intranet para publicar tu opinión personal sobre la cena de empresa?
Fíjate el cambio que supone el usar una herramienta interna a la empresa para publicar contenido "informal" y el usar una herramienta externa para publicar contenido "formal".
Si tras esta reflexión, respondes que sí a las dos... ¡Ten mucho cuidado! Puede que seas más 2.0 que tu propia organización. Porque a la par que contestamos estas dos preguntas deberíamos contestar estas otras dos:
¿Te permitiría tu empresa usar Internet para publicar un documento de tu trabajo diario?
¿Te permitiría tu empresa usar Intranet para publicar tu opinión personal sobre la cena de empresa?
Si respondes que sí a las dos, piénsalo otra vez. ¿De verdad te dejarían? ¿No habría nadie por ahí arriba que se sintiera incómodo? ¿Puede que recibieras alguna llamadita pidiendo que lo borres, o que no lo vuelvas a hacer? Si todo se queda en un comentario jocoso entre reunión y reunión o una anécdota que pasa de boca en boca, estás de suerte. Quizá acabas de iniciar una revolución. Y fíjese el lector informado, que digo "iniciar una revolución", y no digo "abrir la caja de Pandora", que en mi opinión es algo muy distinto ;-).
Volviendo un poco al contexto, hay que decir que una empresa suele tener un gran control sobre todo lo que queda escrito bajo su responsabilidad, ya que puede ser utilizado en su contra. Todo tiene que estar aprobado y revisado. Atado y bien atado. Tanto interno como externo. Todo lo escrito con la firma de la empresa tiene que tener algún motivo decidido en una comisión o en un despacho.
Todo esto es verdad, y es ineludible (sobre todo por aspectos legales). Pero... ¿Debemos sacrificar el trabajo 2.0 de los empleados a costa del bien común para la empresa, que es el tener el control total sobre todo lo escrito? ¿O quizá el trabajo 2.0 de los empleados reporte más beneficio a la empresa que los riesgos que puedan surgir?
Es cuestión de tiempo que las organizaciones aprendan a convivir con ambos sistemas. Es algo que los empleados van a pedir tarde o temprano. Y tarde o temprano la gente escribirá sobre ellos de manera incontrolada en Internet. ¿Y qué debería hacer la empresa? ¿Sufrir el cambio? ¿Amoldarse al cambio? ¿Aceptar el cambio? ¿O promoverlo?
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