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Ver tanto hablar de #tus y los servicios de autobuses de Santander, me ha hecho acordarme de esto que escribí el año pasado en verano para no olvidarlo nunca. Y creo que merece la pena que lo leais vosotros tambien.
Estoy en el autobús, escuchando a un señor de esos que hablan alto y les gusta contar historias y despedirse al bajar del autobús. Cuenta a su amiga como le dijo el médico que tenía cataratas... Cuenta cómo cuando el era pequeño vivía por aquí, por la calle Castilla... Que como ha cambiado todo... Que cuando el tenía 8 años había un refugio tapado con arena... Recuerda cuando vino un barco militar y fusilaron a todos los que había dentro... Y recuerda cosas que solo unos pocos recuerdan... Y que dentro de unos años nadie recordara...
Hay que recordar: no para enseñar, si no para aprender
Mientras tanto, al otro lado, hay una señora que lleva su video a reparar en una bolsa de plástico. Y yo, cuando bajo del autobús, vuelvo al presente.
Por favor, que nadie lo lea pensando en políticos que cuentan películas, si no en abuelitos que cuentan historias.
